Prevención del acoso escolar/bullying: Estrategias positivas
I. Use estrategias positivas para proteger a su niño con discapacidades del acoso escolar/bullying
Si bien es cierto que cualquier niño puede ser objeto de acoso escolar o bullying como es comúnmente conocido en Ingles, aquellos con discapacidades como el Síndrome de Tourette, como era de hecho el caso de Jane, pueden ser especialmente vulnerables a estas situaciones. Investigaciones recientes que relacionan niños discapacitados con el bullying, indican un incremento en el riesgo de que ocurran casos de bullying a niños con necesidades especiales. De acuerdo al reporte; “Ponte en sus Zapatos por Una Milla: Bullying y el Niño con Necesidades Especiales”, elaborado por la organización AbilityPath.org, las estadísticas de estos casos son amplias:
- En el 2008, un estudio de la revista Britanica de apoyo al aprendizaje”British Journal of Learning Support” encontró que un 60% de estudiantes con discapacidades reportaron haber sido víctimas de bullying comparado con un 25% del estudiantado en general.
- En el 2009, los investigadores Wall, Wheaton y Zuver encontraron que en los Estados Unidos sólo se habían conducido 10 estudios relacionados con el bullying y las discapacidades de desarrollo, sin embargo, en todos ellos se demostraba que los niños con discapacidades eran víctimas de bullying en un rango 3 ó 4 veces mayor que aquellos niños sin discapacidades.
- En una encuesta en la cual participaron aproximadamente 400 padres de niños con Autismo, conducida por la organización Defensores de los Niños de Massachusetts en el 2009, encontró que un 88% de los niños con autismo habían sido víctimas de bullying en la escuela.
El Centro PACER, una organización nacional al servicio de familias de niños con discapacidades, supo temprano en el año 2000, directamente de los padres de estos niños, acerca del Jane tiene el Síndrome de Tourette y de habilidades de socialización retrasadas. Aprovechándose de ello, un grupo de muchachas de las llamadas “populares”, la invitaron a que se les uniera en un “día de la ropa alocada” diciéndole que todas vestirían de esa forma. Jane estaba muy contenta por sentirse incluida en el grupo de las chicas populares, pero cuando por fin llegó el “día de la ropa alocada”, ella era la única vestida de esa manera; las miradas, las risas y los sobrenombres no tardaron en llegar y Jane se sintió completamente humillada. El personal de la escuela pensó erróneamente que Jane trataba de interrumpir las actividades deliberadamente y la suspendieron de su escuela por un día. Jane estaba demasiado avergonzada para explicar lo que había sucedido. A partir de ese momento, Jane nunca más levantó su mano para participar en clases, dejó de atender las actividades académicas y sus notas se hundieron.
incremento de los casos de bullying. Un consternado padre de un niño con problemas de aprendizaje le relató a Paula Goldberg, Directora Ejecutiva de PACER, como varios adolescents golpeaban diariamente la cabeza de su hijo contra el armario de la escuela. Debido a estos reportes alarmantes, PACER decidió tomar acciones y comenzó a desarrollar recursos para la prevención del bullying.
En el 2006, PACER creó un Centro Nacional de Prevención del Bullying que ofrece recursos gratuitos para niños y adultos a través de 3 páginas en la internet: PACERKidsAgainstBullying.org (para niños en edad de escuela elemental) (para estudiantes de escuela media y secundaria) y PACER.org/Bullying (para personal de las escuelas, padres y comunidades).
PACER también promovió el mes de octubre como el Mes de la Prevención del Bullying con el objetivo de crear conciencia acerca de los efectos del acoso escolar en los menores. Igual que cualquier otro niño abusado, aquellos que tienen de discapacidades y son víctimas de este trato, pueden crecer con odios, resentimientos, miedos o apatía por la escuela, están en riesgo de tener baja autoestima, pueden llegar a evitar las actividades escolares o sufrir de depresión, lo que va a resultar en bajas calificaciones y en un posible aumento de la violencia.
Los padres de niños con discapacidades pueden proteger a sus hijos del acoso escolar y sus devastadores efectos cuando: Promueven estrategias efectivas para contrarrestarlo, tales como el Programa de PACER Defiende a Tus Iguales; cuando usan herramientas como el Programa de Educación Individualizado (IEP, por sus siglas en inglés); en el momento que deciden trabajar con el personal de la escuela y cuando conocen los derechos del niño bajo la ley.
Promueve la defensa de tus Iguales
Antes de convertirse en Directora del Centro Nacional para la Prevención del Bullying de PACER, Julie Hertzog era una madre que vivía preocupada; su hijo David había nacido con el Síndrome de Down, no podía hablar, le había sido implantado un marcapasos y una línea de alimentación, por todo ello Julie sabía que podía ser vulnerable al acoso escolar. Mientras trabajaba con el personal de la escuela como defensora de su hijo, se dio cuenta de cuantas interacciones suceden entre los estudiantes sin que los adultos se den cuenta. Julie descubrió que los propios compañeros de clase de David podían convertirse en poderosos aliados del niño en situaciones de acoso escolar.
Cuando David se encontraba ya en sexto grado, la señora Hertzog, trabajando de la mano con el personal de la escuela, creo un grupo, único en su naturaleza, cuya misión era darle apoyo a David y prevenir los abusos que otros pudiesen cometer en su contra, el grupo estaba compuesto de sus propios compañeros de clase, los cuales recibieron entrenamiento en como prevenir el bullying. Cuando ocurrían situaciones de acoso escolar, ellos intervenían, le exigían al aggressor que depusiese su actitud y reportaban la situación a un adulto.
La idea funcionó muy bien y lo que comenzó con 4 niños en sexto grado, se ha convertido en un proyecto que involucra a toda la escuela, con más de 40 estudiantes que han decidido trabajar voluntariamente para convertirse en Defensores de Sus Iguales y ayudar, no sólo a David, sino a otros estudiantes con necesidades diferentes. Esta es una estrategia que cualquier padre puede explorar y discutir con el personal de la escuela a la que asistan sus niños.
Para aclarar, no todos los niños con Síndrome de Tourette van a necesitar este grado de apoyo por parte de sus compañeros en la escuela, algunos se beneficiarán más bien de algún grado de asistencia en cuanto a la educación de maestros y compañeros de clase a cerca de los efectos del Sindrome de Tourette. Otros quizás no se sientan cómodos con intervención alguna o no estén listos para ello. Otros pueden inclinarse más por la auto defensa, sin embargo, la idea de desarrollar en la escuela un ambiente que promueva el liderazgo y la intervención de los compañeros de estos niños, especialmente cuando ocurran casos de acoso escolar, puede resultar muy efectiva para detenerlos.
“La defensa de los niños que son víctimas de bullying, ejercida por sus propios compañeros, es una aproximación única al problema que permite a éstos últimos tener el poder para proteger a aquellos que son víctimas de estos casos” recalca Hertzog. La estrategia funciona por dos razones: Los estudiantes se comportan más como adultos en el sentido que son capaces de observar lo que sucede con sus compañeros y su influencia puede ser poderosa; de hecho, el 55% por ciento de las situaciones de bulllying terminan gracias a la intervención de otros estudiantes.
Para más información acerca del programa de Defensa de Tus Iguales y de como iniciarlo en la escuela de sus hijos, se puede visitar el sitio en internet: PACER.org/bullying/resources/.
Uso del programa de Educación Individualizado (IEP, por sus siglas en inglés)
Los estudiantes con discapacidades que sean elegibles para obtener educación especial, bajo los lineamientos de la Ley para la Educación de Individuos con Discapacidades, (IDEA, por sus siglas en inglés), contarán con un Programa de Educación Individualizado. El IEP puede ser una herramienta muy útil en la prevención del acoso escolar/bullying, aquí es preciso recordar que todos aquellos niños que estén recibiendo educación especial tienen derecho a una educación pública, apropiada y gratis (FAPE, por sus siglas en inglés), por ende, el bullying puede convertirse en un serio obstáculo en el ejercicio de ese derecho.
El equipo de IEP, el cual incluye a los padres, puede identificar estrategias para detener el abuso que pueden agregarse al plan educativo; también es posible, cuando sea apropiado, involucrar al niño en el proceso de tomar decisiones acerca de dichas estrategias; éstas incluyen:
- Identificar a un adulto en la escuela a quien el niño pueda acudir para reportar un caso de acoso escolar o pedir asistencia en un momento dado
- Determinar cómo el personal de la escuela documentará y reportará los incidentes de acoso escolar
- Permitir al niño salir antes de tiempo de sus clases, para evitar de esa forma los incidentes que ocurren en los pasillos de la escuela
- Sostener reuniones o entrenamientos educativos separadas con el personal de la escuela y los compañeros de clases del niño, para ayudarlos a entender claramente las discapacidades que lo afectan
- Educar a sus compañeros de escuela en cuanto a las políticas del distrito educativo relacionadas con las conductas abusivas
- Reafirmar en la conciencia del estudiante que el personal de la escuela entiende y conoce que él o ella tienen derecho a sentirse seguros y que el acoso escolar del cual ha sido víctima no es su culpa
- Establecer una vigilancia por parte del personal de la escuela de aquellos estudiantes que han sido víctimas de acoso escolar; esto puede efectuarse en pasillos, salones de clases y lugares de recreación
Trabaje con la escuela
Es vital para los padres creer en la palabra de sus hijos cuando estos les confiesan que han sido víctimas de bullying; es su responsabilidad respaldar en todo momento al niño, explicándole que lo ocurrido no es su culpa y asegurándole que nadie merece ese tipo de trato.
Una vez que los padres han apoyado a sus hijos de esta forma, pueden proceder a reunirse con el director de la escuela y relatarles lo sucedido, deben explicar con claridad como esta situación está afectando a su hijo y cuestionar al funcionario acerca de las medidas que podría tomar la escuela para mantener al niño a salvo, tanto dentro de las propias instalaciones, como en el bus que lo transporta. También es útil preguntar acerca de la existencia de políticas y normas escritas acerca del bullying y acoso a estudiantes; de existir, se debe exigir una copia de las mismas. Los padres deben mantener un recuento escrito de lo ocurrido durante la reunión y éste debe incluir, nombres de los involucrados y mencionados, además de fechas exactas.
Si la situación de bullying no queda resuelta después de la reunión con el director de la escuela, los padres tienen la libertad de enviar una carta o un correo electrónico a la oficina del superintendente de escuelas del distrito solicitándole a éste funcionario una reunión para discutir la situación y al mismo tiempo, enviar copias de estas comunicaciones al director de la escuela y al presidente del consejo directivo de la misma. Los padres deben asegurarse de conserver comprobantes del envío y recepción de todas las comunicaciones. Un ejemplo de este tipo de cartas o correos está disponible en la dirección en línea: PACER.org/bullying.
Las familias también tienen la posibilidad de contactar a un centro comunitario de asistencia para padres u cualquier otra organización de defensores de víctimas del bullying para obtener ayuda respecto a su caso. Para ubicar este tipo de organizaciones se puede visitar el sitio en línea ParentCenterNetwork.org o llamar al número 888-248-0822. Muchos de los capítulos de la Asociación Estadounidense para el Tourette (TAA, por sus siglas en ingles) ofrecen educación, recursos y apoyo a las familias y padres de niños víctimas de acoso escolar.
“Recuerde que el mayor defensor de su hijo es usted mismo” afirma Julie Hertzog, Directora del Centro Nacional para la Prevención del Bullying de PACER. “Si su niño o niña no se siente a salvo, usted tiene la libertad de cambiar de escuela. La primera prioridad es el bienestar y seguridad del niño”, recalca la señora Hertzog.
Conozca la ley
Si el acoso escolar/bullying se centra en las discapacidades de su hijo; los perpetradores pudiesen estar violando los derechos del niño garantizados por el gobierno federal en la sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973, o en el Título II de la Ley Federal para Ciudadanos de Estados Unidos con Discapacidades; o también en la Ley para la Educación de Individuos con Discapacidades.
En una carta dirigida a sus colegas en las escuelas públicas, fechada el 26 de octubre de 2010, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de los Estados Unidos (OCR, por sus siglas en inglés), comunicó a estos funcionarios que todo tipo de abuso o acoso contra cualquier estudiante, incluyendo aquellos casos en que el perpetrador fuese otro estudiante, puede constituir una forma de discriminación ilegal; las leyes federales prohíben todo tipo de discriminación, incluyendo el acoso o abuso basado en, raza, color de piel, nacionalidad, sexo, género o discapacidades de la víctima. El texto de esta carta puede encontrarse en el sitio en línea PACER.org/link/ocr-letter-oct-2010.asp.
Sin embargo y de acuerdo a aclaratorias hechas tanto por parte de la OCR como del Departamento de Justicia de los Estados Unidos; no todos los casos de bullying constituyen “acoso” según tipifican las leyes, por ende, cada conducta debe ser examinada a fin de determinar cuáles derechos civiles de la víctima fueron violados en cada situación particular.
Definiendo “Acoso por discapacidad”
En el año 2000, un estimado colega de PACER emitió una carta a través de la OCR y del Departamento de Educación Especial y Servicios de Rehabilitación (OSERS, por sus siglas en inglés) y en ella definió el término “Acoso por Discapacidad”. Esta comunicación puede encontrarse en la dirección en línea PACER.org/link/ocr-letter-july-2010.asp.
“El acoso por discapacidad se define en la sección 504 y en el Título II como; la intimidación y conducta abusiva hacia un estudiante, fundamentadas en su discapacidad, que crean un ambiente hostil en el cual se impide o niega a dicho estudiante, el acceso a beneficios, oportunidades o servicios ofrecidos en programas de la institución a la que asiste. El acoso puede tomar muchas formas que incluyen; la agresión verbal, el uso de sobrenombres, las agresiones no verbales como la exposición de dibujos, símbolos o escritura de frases insultantes y las conductas físicas amenazantes, peligrosas o humillantes.
Cuando el acoso es lo suficientemente severo, persistente o penetrante como para crear un ambiente hostil alrededor de la víctima, se podrían estar violando los derechos civiles garantizados en las regulaciones contenidas en la sección 504 y el Título II de las mencionadas Ley de Rehabilitación de 1973 y Ley Federal para Ciudadanos de Estados Unidos con Discapacidades, respectivamente. Este ambiente hostil puede existir sin que se observen efectos tangibles en el estudiante; sin embargo, si el acoso es lo suficientemente serio como para afectar negativamente las posibilidades del estudiante de participar o beneficiarse de los programas educacionales, entonces el ambiente hostil se mostrará claramente. A continuación se muestran ejemplos de casos de acoso que pueden crear un ambiente hostil:
- Varios estudiantes se dedicaban continuamente a expresar, a viva voz y durante las clases, que uno de sus compañeros, quien sufría de dislexia, era “retardado” o “sordo y tonto”, afirmando que no pertenecía a su clase; como resultado de esta situación, el estudiante tenía muchas dificultades completando su trabajo en clase y sus calificaciones declinaron.
- Un estudiante continuamente atravesaba muebles y otros objetos por donde tenían que pasar sus compañeros que utilizaban sillas de ruedas, impidiéndoles a veces, entrar al salón de clases.
- Un maestro sometió a un estudiante discapacitado a castigos físicos inapropiados por conductas que estaban asociadas a sus discapacidades; como resultado de ello, el niño comenzó a evitar asistir a la escuela, sus ausencias en clases aumentaron.”
Los padres de niños que viven situaciones de bullying o acoso pueden presentar sus quejas ante la OCR; las instrucciones completas de cómo hacerlo se encuentran en la siguiente dirección en línea.
Aunque los niños con discapacidades enfrentan mayores riesgos de encontrarse en situaciones de bulllying, sus padres pueden tomar medidas proactivas al respecto, asegurándose que su hijo se encuentre sano y salvo: promoviendo ideas innovadoras como el Programa de Defensa de Tus Iguales de PACER, utilizando el IEP como herramienta de prevención del abuso, trabajando mancomunadamente con la escuela y conociendo las leyes que ayudan a los padres de niños con discapacidades a protegerlos del acoso escolar. Si desea aprender acerca de estos temas, por favor visite el sitio en línea: PACER.org/bullying.
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II. Sugerencias para los padres
Educar a los estudiantes acerca de lo que realmente es el Síndrome de Tourette(ST) puede ser una herramienta muy efectiva para prevenir el bullying; cuando los niños y jóvenes entienden lo que es el Sindrome de Tourette, generalmente, se sienten más cómodos con sus compañeros afectados por esta condición y son menos propensos a aceptar el abuso. Las siguientes sugerencias, ofrecidas por la TAA y el Centro Nacional de Prevención del Bullying, pueden guiar tanto a los padres como a sus hijos, en la educación de otros acerca del Síndrome de Tourette y sus efectos.
En la escuela elemental
Antes de comenzar el año escolar, los padres de un niño con ST, pudiesen conectarse con su maestro, el personal de la escuela y sus compañeros de clase, para ayudarlos a entender de qué se trata el Síndrome de Tourette. A esa edad, los niños esperan que sean los adultos quienes establezcan las reglas, por lo tanto, el maestro puede definir las fronteras esenciales que promuevan la aceptación del estudiante y generen el respeto de sus compañeros hacia su persona, creando además las oportunidades para que se consoliden alianzas entre los niños que fomenten ese apoyo que dicho estudiante necesita.
Los padres deben de asegurarse de que el maestro entienda perfectamente el impacto específico que el ST tiene sobre su niño, comprometiéndolo, junto al trabajador social disponible de ser el caso, a crear conciencia en el salón de clases a este respecto. En el caso de un niño de siete años, por ejemplo, los padres pueden tomar la batuta, siendo lideres sin embargo, el niño puede ayudarlos. Presentaciones visuales, apropiadas para estas edades, pueden ser muy útiles dentro del salón de clases, esto puede incluir; fotografías, dibujos e ilustraciones o inclusive videos cortos. Otra opción puede ser el involucrar a un niño un poco mayor en edad que la clase (un hermano, un compañero de un grado superior que también tenga ST o un Joven Embajador de la TAA), para que se dirija al grupo y envíe un mensaje simple y fácil de entender.
En la escuela media
Una vez que los estudiantes comienzan la escuela media, la interacción con sus compañeros alcanza un lugar prioritario en sus vidas y esta circunstancia demanda nuevas estrategias para la prevención del bullying. Si bien los padres deben asegurarse de que maestros y personal de la escuela entiendan la condición de su hijo, ellos también deben asistir a este último en la educación de sus compañeros acerca del ST; de esta forma, el estudiante puede ganarse por si mismo, el respeto de sus compañeros. Un estudiante que tiene clara conciencia acerca del ST puede ayudar a educar al resto de sus compañeros, puede promover la inclusión del tema en una discusión más amplia dentro del salón acerca de cuáles características hacen a cada estudiante un ser único. Este tipo de discusiones, naturalmente, abren la puerta para que aquellos niños con TS puedan compartir sus propias experiencias de vivir con dicha condición.
M, un adolescente con ST, miembro además de los Jóvenes Embajadores de la TAA, descubrió que conectándose con la gente que presenciaba el acoso escolar y convirtiéndolos en sus aliados, le daba mejores resultados que confrontar o inclusive, tratar de educar a los abusadores. El y su madre decidieron invitar a algunos de sus compañeros de clase, quienes habían presenciado situaciones de acoso escolar en su contra, a pasar una tarde jugando a los bolos. Estos niños pudieron entonces conocer mejor a M y descubrieron que era un niño con un gran sentido del humor y que además tenía una mamá que era agradable con ellos; y no era solamente un niño con ST. A partir de ese momento, los niños no pudieron parar de hablar acerca de cuan divertido había sido jugar a los bolos con M y su familia, cuando el abuso volvió a ocurrir, muchos de los niños que antes lo habían presenciado displicentemente, ahora defendieron a su amigo M y con el tiempo, algunos de los abusadores cambiaron de bando y prefirieron unirse a los demás en las Noche de Viernes en los bolos.
En la escuela secundaria
Durante la adolescencia, el desarrollo de las habilidades de auto defensa en los jóvenes es crítica; aquellos estudiantes con ST deben tomar la batuta en las decisiones concernientes a cómo mejor educar a sus compañeros de clase acerca de su condición y en cómo relatar su propia historia.
M, un miembro de los Jóvenes Embajadores de la TAA, advirtió con claridad que cuando un adolescente decide educar a su clase acerca del ST, debe estar muy consciente de la naturaleza de la información que se propone compartir y los intereses, motivaciones y niveles de madurez de su audiencia. En su caso personal, cuando habló a sus compañeros de clase acerca de su condición de Ecolalia (Una perturbación del lenguaje que consiste en la repetición involuntaria de palabras o frases que el enfermo acaba de escuchar de otras personas o de si mismo), los resultados fueron contraproducentes; algunos niños insensibles usaron su condición para provocarlo a repetir sonidos inapropiados. Esto demuestra que es muy importante balancear la curiosidad de los otros estudiantes con la información que necesitan tener para que puedan aceptar a aquel que es de alguna forma, diferente de ellos. En el caso de M, el reveler el detonante de su tic, resultó ser demasiada información para el grupo.
J, otro adolescente con ST, quien además recientemente se convirtió también en un Joven Embajador de la TAA, tuvo una experiencia mucho más positiva. Decidió educar a sus compañeros del equipo de pista y campo a la vez que lo hacía con los de su salón de clases. En una reunión con su equipo y mientras los árbitros estaban explicando las reglas de la competencia, J estaba teniendo tics y los árbitros le pidieron que “se callara la boca”; inmediatamente, los miembros de su equipo intervinieron en su defensa, haciéndole saber a dichos oficiales que J tenía ST. Una vez educados acerca del Síndrome de Tourette, los amigos de J lo han defendido en muchas occasiones.
Queremos agradecer a Julie Holmquist y a Julie Hertzog de PACER, por su generosidad al compartir invalorable información con la TAA y su audiencia. También queremos reconocer a Kathy Giordano, Especialista en Educación de la TAA y a Candy Korman, miembra del equipo de Escritores también de la TAA, por sus contribuciónes para con este proyecto.
Por Julie Holmquist, PACER Center, Inc.
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